El año 2020 trajo grandes interrogantes para las empresas y sus inversores. El Covid-19 y la reacción a la pandemia expusieron las debilidades de las principales industrias, y el escenario exigía soluciones. Mucho se ha hablado de los informes ESG en este contexto, y hoy explicaremos la relación entre estos temas y su importancia.
¿Qué es ESG?
Los informes ESG son realizados por las grandes empresas para proporcionar transparencia en torno a tres temas específicos: Medio ambiente (relacionado con el medio ambiente), relaciones sociales (relaciones entre la comunidad) y gobernanza (cuestiones de gestión).
Cada uno de los temas se despliega en varias conversaciones: el uso de recursos como el agua y la energía, las emisiones de carbono, la contaminación del aire, la biodiversidad, etc., arman un panorama de temas sobre la problemática ambiental. La socialización abre espacio para discusiones sobre diversidad de género y étnica, derechos humanos y laborales, y protección de datos y privacidad. Además, en lo que respecta a las personas, la gobernanza abarca las inspecciones de gestión en torno a posibles esquemas de corrupción y denuncia de irregularidades, así como las influencias internas y externas -la práctica del cabildeo, por ejemplo- y la compensación de los ejecutivos.
Propósito
El objetivo principal de los informes ESG es proporcionar visibilidad a los inversores sobre las prácticas empresariales. El cambio climático, los problemas de gestión que conciernen a los funcionarios o a los gobiernos, son riesgos financieros, y mantener este tema abierto sirve como táctica para atraer a estos inversores. La práctica también está vinculada a estrategias de gestión que pueden ser cruciales para el futuro, especialmente en torno al entorno ecológico relacionado con las industrias y su influencia en el uso de los recursos naturales.
Creación
El primer uso del acrónimo fue en 2004, a partir de una iniciativa del entonces Secretario General de la ONU, Kofi Annan. La propuesta fue presentada a más de 50 presidentes de empresas, y contó con la colaboración del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, el Gobierno suizo y la IFC (Corporación Financiera Internacional del Sector Privado).
Al año siguiente, un grupo de 20 instituciones financieras asistieron a una conferencia en Zúrich (Suiza), donde se trataron diferentes temas en materia de ESG para varios sectores de inversión. El informe del evento fue publicado por Ivo Knoepfel, con el título “Quien se preocupa gana”, en 2005.
Es interesante mencionar que desde mediados de la década de 1960 se han realizado esfuerzos para implementar medidas de inversión socioambiental. El término ESG fue acuñado en 2004 después de décadas de discusiones y la eventual implementación de medidas relevantes sobre los temas.
ESG en 2021
Desde 2005, la relación entre las empresas y ESG ha crecido enormemente. Es destacable en las empresas que proponen implementar las métricas, el logro de resultados positivos esperados (menor riesgo y mayor retorno de las inversiones), pero también, por las inseguridades que eventos como el COVID-19 han generado en los inversores, la confiabilidad, la previsibilidad y, por último, pero no menos importante, la productividad.
De la misma manera que el diálogo en torno a ESG ha aumentado, así como su presencia -con expectativas de crecer aún más-, existen preocupaciones sobre su aplicación. El primero es la práctica del greenwashing, donde la sostenibilidad sirve solo como marketing para las industrias, y no como acciones positivas y relevantes para el medio ambiente. Esta práctica también se destaca por el gran enfoque que tiene el tema ambiental en el daño de los temas sociales, que deberían ser igual de relevantes. Ambas son tergiversaciones de lo que proponen los principios ESG, y dentro de las empresas que están dispuestas a seguir los informes de manera cohesiva, se ven resultados positivos en todos los sectores asignados.
¿Y el futuro?
A medida que crece la preocupación por los temas sociales y medioambientales entre las empresas, los inversores y los consumidores, también lo hace la propuesta de estandarizar los informes ESG. En la actualidad, los informes se realizan siguiendo pocas estructuras, y a pesar de tener datos revisados por auditores, esto puede generar documentos inexactos y maleables. La estandarización de los reportes ayudaría a una mejor observación de las acciones de las empresas en todas las áreas propuestas por ESG, y no solo aquellas que son responsables de ser reportadas. Además, favorece la lectura de datos por parte de los inversores, que tendrían estándares precisos de análisis y comparación y no solo información.
Bibliografía
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- Greenwashing;
- ESG Importance;
- ESG Growth;
- ESG Reporting;
- ESG Article (2015);